La resaca

Antes - Después

Cada vez que empezamos el año, salimos de fin de semana o vamos a algún tipo de celebración, gran parte de la población sentimos cierto malestar físico y mental que nos deja hechos pedazos en el sofá...

La Resaca!!!!

Quién en nochevieja, de bares, bodas, bautizos u otro tipo de celebración no se ha puesto fino de vino, cava, licores, sidra, carajillos, etc... hasta llegar a extremos de arrastrarnos como gusanos por las calles de nuestra ciudad o pueblo, intentar hablar creyendo que todo lo que decimos es coherente pero que nuestro receptor no entiende ni papa. Pues si, eso ocurre y las consecuencias son desastrosas.
Los síntomas de esa "enfermedad" autoinfligida son duros de sobrellevar.
Podemos empezar con un dolor de cabeza capaz de dejarnos doblados, nuestro cerebro se funde dentro del cráneo reaccionando críticamente ante cualquier estímulo directo. Incapaces de poner atención a las cosas, ver la luz del sol, incluso oír ciertos ruidos que nos hacen retorcer de dolor y clamar a los cielos para que cese de una vez. Aunque los analgésicos han mejorado considerablemente con el paso de los años, no son infalibles al 100%, por lo que el dolor de cabeza puede llegar a persistir.
Continuamos con la flojera de piernas y dolor de las mismas. Si a las antes mencionadas cefaleas le unimos un dolor de extremidades con su correspondiente flojera la combinación es explosiva. Te intentas levantar a la cama y casi acabas durmiendo en el suelo, te falta el equilibrio y lo único que buscas es cualquier sitio de la casa para volver a sentarte. Cuando lo consigues respiras aliviado/a. Que gozada, ya no te tienes que mover más. Incluso te lo piensas antes de ir al baño, porque cada vez que intentas levantarte la cabeza te estalla, pierdes el equilibrio y te tiemblan las piernas, ufffff !!
Uno de los síntomas que también sufrimos es la sequedad bucal y la falta del sentido del gusto. Por mucho agua que bebas, por muchos litros de Coca-cola que refresquen tu cavidad bucal, esa sequedad no desaparecerá, parece ser que tener la boca como un rastrojo es inevitable. Y es con la aparición de estos síntomas cuando crece en ti una desmesurada necesidad de devorar hidratos de carbono. ¡ La perola de Spaghetti ya está lista !. El rostro te cambia, la miras, la hueles y... la engulles pero no sabe a nada porque tu lengua es un rastrojo y no sabe de sabores. Pero lo bien que sienta volver a tener el estómago en funcionamiento aunque previamente te hallas atiborrado de Almax para reducir el nivel de ácidos gástricos que juguetean por tu estómago debido a la cantidad de cubatas que te has cascado la noche anterior.
La empanada mental es un síntoma que nos acompaña durante toda la resaca. Puedes quedarte mirando una pared sin sentir nada durante minutos, ni tan solo la ves. Te hablan y ni te enteras. Tienes la mirada perdida en un infinito que solo tú conoces. Solo tus instintos primarios te permiten sobrevivir (bueno, solo algunos...). Te limitas a comer, beber, dormir, e ir al baño si la flojera de piernas te lo permite. Es como realizar una regresión al inicio de nuestros días cuando solo éramos un cacho de carne que comíamos, dormíamos y defecábamos.
Y por ahora no se me ocurren más síntomas porque padezco de empanada mental en estos momentos. Aunque si alguno de ustedes sabe o ha padecido alguno distinto puede compartirlo con los demás, pues para eso estamos, para compartir experiencias. Aunque la resaca no sea la mejor de ellas.

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